miércoles, 15 de febrero de 2023


 DÍA DE LOS ENAMORADOS.


Cómo de costumbre me levanto temprano, mientras preparo el desayuno recuerdo a mi padre Asunción quien hoy cumple 46 años de su cambio de escenario, le enciendo una vela y le encomiendo una oración.
Me visto de enamorado y salgo a la calle con la mejor vibra a conquistar el mundo.
En mi recorrido ciclístico paso frente a varias floristerías que ya tienen todo armado para el negocio por el día del amor y la amistad, cómo le dicen ahora.
Yo, romántico empedernido, prefiero llamarlo el día de los enamorados, así se llamaba antes de que la onda consumista ampliara el día para que los amigos y las amigas, con derecho o sin él, se diesen regalos.

Al notar aquél mercado persa de flores, globos y un sin fin de detalles, sonrió al saber que el amor sigue siendo la mejor excusa para acercar dos almas.

Mientras pedaleaba viajé en el recuerdo hasta mis tiempos de moso, cuando con un mínimo de recursos salía a las tiendas a buscar un peluche o una caja de música.
Al llegar a mi centro laboral me consigo con una amiga de larga data, nos saludamos y al preguntarle por su único hijo, contemporáneo con una de mis hijas, sus ojos se le llenaron de lágrimas, la abrazo de nuevo para hacerle saber mi solidaridad.

Ella me cuenta que desde los once años el niño comenzó con crisis depresivas que se fueron incrementando con el tiempo y que hace dos años, cuando ya había superado lo peor y se notaba su mejoría, el joven puso fin a sus días.
Aproveché para contarle lo sucedido con mi hijo David hace justo ahora dos años, esta vez fue ella quien me abrazo, para juntos llorar nuestra irreparable perdida.

Nos despedimos, no sin antes tomar nuestros números para seguirnos apoyando cada vez que fuese necesario.

Me incorpore a mis labores con un dejo de nostalgia. Vaya qué manera tiene la vida de cambiar nuestra percepción del mundo en sólo un instante.

De verás que no creo que haya peor dolor que la partida física de un hijo, uno siempre da por hecho que nuestros hijos nos sobrevivirán, pero cuando ocurre lo contrario, se torna difícil superarlo.
Sólo nos queda el consuelo de haberlos amado y de haberlos atendido en sus dificultades, dándoles la mejor calidad de vida a la que tuvimos acceso.

Nos toca recordarles desde el amor compartido, para que su ausencia no se convierta en dolor y terminé desdibujando nuestras ya atormentadas vidas.

Gracias a la creación, el día concluyó con una mejor disposición, para seguir amando y celebrando el día de los enamorados.

Autor: Gustavo Antonio Rosendo Orozco, el Poeta de La Vega. Desde Barquisimeto (Lara-Venezuela) el 14/02/2023.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario